(Publicado el 17 de mayo de 2019
El que no está en las pantallas no existe, se ha dicho acerca del rectángulo que se sienta frente a los sofás. O ahora podría decirse de los paralelogramos portátiles más democráticos. ¿Y el que está en el papel existe? ¿Y el que lee en papel está vivo? Pues también. Pero nos la pasamos más frente a la pantalla. Son los tiempos, my friend. Somos los más activos en la red del cuerno telefónico blanco con fondo verde, somos los más felices en la red de la efe blanca sobre fondo azul, los más glamorosos en la red de la cámara con fondo incierto, los más lúcidos en la del pajarito azul. Y así, enredados en las redes, pulgar a pulgar, minuto a minuto vivimos en el trasmallo de la virtualera real.
El “To be or not to be” por el “Click or not to click”. Qué otra salida tenemos DonCheckspier. Aparecer o no aparecer, esa es la pregunta. Existir, respondería el vivo.
Pues eso y amparado en eso inauguro WEB para mostrar mi trabajo y para buscar trabajo. Para mostrarme escondiendo lo escondible. Y los cito cada viernes a una especie de vis à vis en este BLOG, donde se desempolvarán textos y se crearán nuevos con la sola intención del solaz; saldrán párrafos desprovistos del veneno y de la inquina, aunque la ponzoña y la toxina teñirán la palabra en otros tonos.
No me queda claro del todo. ¿Mostrarnos para existir? ¿Vivir mostrándonos? ¿Escribir para que nos lean? ¿Leer para que nos escriban más? Las dos, las cuatro, pero ante todo leer; y si es en papel mejor, a la antigua, que tampoco ha pasado tanto tiempo ¿cierto HerrGutenberto? Leamos, sentados, sobre esa cosa rectangular blanca, así vivamos empantallados; leamos, así sea la etiqueta del refresco que nos hará daño mientras nos quita la sed, el lomo del tomo tercero de una enciclopedia que bosteza huérfano en una venta de segunda. O de pronto, cuando no haya nada más que hacer, leer la novela de un advenedizo.