(Publicado el 24 de mayo de 2019
A propósito de la publicación en Colombia de la novela “Aquí sólo regalan perejil”, la editorial solicitó que escribiera una carta a los libreros, a manera de incentivo para recomendarla a sus lectores. Y como no soy muy de cartas formales salió lo que sigue, que no es más que otro pretexto para promocionar el libro, una y otra vez, como el cansón de la clase, con la terquedad y el pico duro de los pájaros carpinteros.
Saludo.
Al protagonista de “Aquí sólo regalan perejil” le gustan los libros. Abilio los engulle. Empezó leyendo folletines de vaqueros y algunas revistas indebidas. Le gustan, para leer y para conquistar; leer, y tal vez amar, es lo poco lícito que él puede ofrecer al universo. Es verdad, es un lector anárquico; nadie lo orientó, nadie le dijo: “vea, empiece por estos”; no sabe de autores, ignora movimientos, pero a él eso poco le interesa, porque nadie le dijo que eso debería interesar.
Al libro y al gusto por leer se llega por distintas vías. De pequeño, su madre le leyó; en el colegio, más que acercarlo, lo obligaron. Y aunque leía todo lo leíble, desde un anuncio hasta la enciclopedia entera de su casa, Abilio llegó a ellos, a los “libros debidos” por la menos pensada; se zampó docenas mientras se refugiaba en un prostíbulo y gracias a la iliquidez de un cliente que pagaba sus polvitos lánguidos con la biblioteca de su padre, aduciendo que eran ediciones espléndidas. Y Miladys, la chica que los recibía más por conmiseración que por negocio los fue apilando en su cubículo y un día decidió dárselos al huésped para que le leyera y le recodara cómo era leer.
Me gustaría pensar que tantos jóvenes que aún crecen sin brújula, puedan tener la suerte de encontrar alguien que les diga: léase esta vaina, por esto, por esto y por esto. A veces son los mayores, a veces los maestros, a veces son los amigos, a veces son los libreros. Me gustaría pensar que esos jóvenes, ante todo, puedan tener a mano una librería. Y que esos templos no están a punto de ser declarados especie protegida en vía de extinción.